Al elegir lo hecho en México, y sobre todo al privilegiar con tu consumo aquellos productos mexicanos de mayor calidad y elaborados artesanalmente, impulsas el perfeccionamiento de la producción nacional: contamos con el talento y la calidad de insumos suficientes para producir con los más altos estándares de calidad. Así, al elegir productos mexicanos antes que los extranjeros, estas activando un engranaje que tiene consecuencias en múltiples niveles.

No se trata de que dejes de consumir productos importados por completo, pero sí de recordar que cuando compras lo mexicano apoyas no sólo a nuestros artesanos mexicanos, sino también a los trabajadores mexicanos y de paso al comercio Formal de México.

La economía de todo país se basa en lo que produce, por eso, al comprar productos hechos en México, estamos fomentando que nuestro país dependa de nosotros los mexicanos, lo cual trae consigo desarrollo y crecimiento.

Pero hablemos de algo más importante, la conservación cultural de nuestro país.

México posee una desbordante riqueza natural y cultural, lo que se traduce en una vasta diversidad de insumos y técnicas de producción. Al comprar lo hecho en México, en especial lo generado por pequeños productores, apoyas esta diversidad y promueves su conservación –tanto de insumos naturales como de técnicas tradicionales.  

Comprar local también es una forma de reivindicar tradiciones, creencias, símbolos y líneas culturales que se han estado abandonando para seguir la tendencia que dictan los mercados. Revives prácticas mexicanas que podrían estar al borde de desaparecer.